viernes, 4 de marzo de 2016

Forzar al bebé

Es usual que los pediatras, algunos terapeutas, sigan bajo el paradigma de adelantar los procesos naturales. Sin desmeritar el conocimiento de muchos pediatras y aclarando la importancia de su saber frente a enfermedades, infecciones y patologías, poco saben, a no ser que tengan estudios adicionales, de lactancia y desarrollo motor.

Bonnie B. Cohen, fundadora de Body Mind Centering, dice que ver un bebé es ver agua contenida, ver  y observar un bebe es ver flujo, salud, relajación y confianza; un bebe solo hace aquello que puede hacer y cada etapa de su movimiento es el resultado de todo un lenguaje de transiciones, de fuerzas, de contenciones, de soportes, que subyasen y sostienen el movimiento general.


Resultado de imagen de jalar los brazos de un bebe

Está interiorizado en la cultura que los bebés no sienten, hasta mediados de los años 80, los bebés eran operados sin anestesia y aun hoy, por muchos profesionales los bebés son tratados rudamente, bajo la premisa que son de caucho, que por su suavidad no les duele.

Si bien es cierto que los bebés son blanditos, que sufren menos fracturas, ya que hay mas contenido de agua, y que su sistema nervioso esta en desarrollo, los bebés sienten y les duele, es necesario entender que durante toda la gestación el ambiente del bebé a sido liquido y el agua media entre el contacto del bebé con el cordón umbilical, con el tejido o piel uterina, con el roce con la placenta; todo estimulo sensorial es mediado por agua, todo llega suave y amortiguado.

El bebé necesita ser tocado con delicadeza, ser tratado como lo que es: persona, Emmi Pikler en sus aportes de los cuidados cotidianos, lo menciona mucho y da pautas de comunicación y cuidado sensibles y conscientes.

Cuidar el cuerpo, saber e interiorizar que el RESPETO, implica el respeto al cuerpo, a los ritmos, a las posibilidades, a la sabiduría salvaje, indómita de cada tejido, célula, órgano, es lo que te propongo.

Cuando forzamos el cuerpo, el cuerpo agua y sabiduría de bebé, forzamos una red corporal, el impacto de levantar a la fuerza a los bebés de los brazos, para que sostengan la cabeza, ese impacto se expande forzando las articulaciones de las muñecas, los codos, los hombros, las cervicales, la garganta, el corazón, los pulmones.

Desde la inconsciencia somática, desde los cuerpos adolorados y rígidos de los adultos, muchas veces pediatras, terapeutas, maestros, madres y padres, forzamos, lastimamos, sin malas intensiones el cuerpo suave, sano, sabio y relajado del bebé.

Te invito a mirar y escuchar a tu pequeño, a no hacer nada que adelante o detenga su movimiento, a no preocuparte porque tu bebé logre sostener la cabeza, girarse en el suelo, sentarse, arrastrarse, caminar, gatear, solo disfruta su movimiento, su expresión y permite que tu bebé te inspire para moverte, para bajar al suelo y moverte imitándolo.

Te aseguro que si cambiamos el paradigma como adultos de "enseñar", "ayudar", "apoyar" a nuestros bebés y somos nosotros los que recordamos e imitamos, evitamos daños fisiológicos y anatómicos y nuestros cuerpos de adultos empiezan a sanar.

Inspirate: Bebé maestro